Ya estamos en Madrid, de vuelta con nuestros seres queridos. Y es ahora cuando podemos contarles en persona todo aquello que hemos vivido en estos seis días, nuestras vivencias y sensaciones, lo emotivo y lo anecdótico; eso que, en definitiva, llamamos "El Camino".

Los profesores que hemos colaborado en esta peregrinación (Miriam, Paloma y Raúl) queremos agradecer a nuestros alumnos y también a sus padres y familia la confianza que han depositado en nosotros dejándonos al cuidado de sus hijos. Pero como son unos chicos y chicas excelentes, la deuda en verdad es nuestra para con vosotros. Nuestro mayor deseo es que nuestros alumnos lo hayan pasado genial y puedan además aprovechar esta experiencia para su futuro, tanto en lo espiritual como en lo personal y moral. El Camino es fuente de alegría, tolerancia y superación, y por ello es un paso decisivo para alcanzar a ser personas íntegras y dignas de los mejores valores humanos.

¡Un abrazo muy muy grande!

Ayer fue un día muy intenso: ¡nada menos que 40 kms desde Arzua hasta Compostela! Pero el logro mereció con creces el esfuerzo. Ya desde el Monte del Gozo pudimos otear desde lejos el objetivo de nuestra peregrinación: la ciudad de Santiago. Tras alcanzar la plaza del Obradoiro y sellar nuestras 'compostelanas', asistimos a misa en la catedral, donde (¡magnífica nuestra suerte!) pudimos contemplar el solemne vaivén del botafumeiro. Por último, escaleras abajo, nuestros chicos y chicas tuvieron un breve pero intenso momento de intimidad ante el sepulcro del apóstol.

Ya estamos más cerca de nuestro objetivo; ya estamos más próximos a Santiago. Y en el Camino, mientras tanto, también hemos podido conocernos algo mejor, tanto a nuestros compañeros como a nosotros mismos. Con la sabia guía de la pastoral que preparó para nosotros nuestra compañera Ana Gimenez, hemos podido reflexionar sobre nuestros límites, aquello que, como la mochila, tira de nosotros hacia atrás; pero también sobre nuestros sueños y anhelos, sobre ese futuro, que será presente, hacia el que queremos que nos dirijan nuestras botas. Y entre todo ello: verdes prados, claros ríos; hermosas y extrañas flores, frondosos bosques; pétreas iglesias centenarias. Melide y Arzua han sido los principales pueblos por los que hemos pasado hoy. Ahora acabamos de regresar de la piscina donde hemos podido relajar nuestras cansadas piernas; y en breve, iremos a misa y después veremos el partido de fútbol mientras cenamos todos juntos.

Os dejamos ahora algunas de las fotos del día.

¡Y al fin llegamos a Palas de Rei! El camino de hoy ha sido duro: las primeras ampollas, rozaduras y rojeces por el sol han florecido, pero no hay nada que con una buena comida y una magnífica ducha no se pueda arreglar. El albergue es magnífico, situado en un paraje verde, cerca de un riachuelo y todo para nosotros solos. Mañana nos espera un día duro en el que caminaremos nada menos que 28 kms (¡menos mal que tenemos a la enfermera Paula curándonos las ampollas!).

Os dejamos unas fotos para que seáis partícipes de nuestro maravilloso día: